Significado del XXV Aniversario.

       El 28 de Marzo de 1985 fue un día grande para todos los que amamos la Hermandad. El anuncio de que aquel día llegaba por fin a Cuenca la ansiada imagen nos convocó a muchos conquenses en la Plaza Mayor con el fin, no solo de contemplar el resultado final de la obra, sino de ayudar también a descargarla del camión que la habría traído desde Madrid e introducirla por primera vez en la Catedral, donde fue bendecida por el señor obispo, don José Guerra Campos. Así las previsiones se habían cumplido, y el Miércoles Santo siguiente pudo por fin desfilar el paso de la Santa Cena , después de cincuenta años.

       Había sido en 1930 cuando el antiguo paso de Luis Marco Pérez había desfilado por primera vez en la Semana Santa de Cuenca, en Jueves Santo, sin haber estado nunca constituida en hermandad propia, y había sido en 1936 cuando ese mismo conjunto procesional lo había hecho por última vez, destruido en los primeros meses de la GuerraCivil.

       Mientras tanto, la devoción a esta escena inaugural de la pasión y muerte de Jesucristo nunca se había olvidado, y prueba de ello fueron los numerosos intentos que hubo de fundar una hermandad que renovara el culto y volviera a sacar a las calles de la ciudad del Júcar un paso representativo de este momento tan importante.

       Los conquenses estuvimos a punto de conseguirlo en la década de los años cincuenta, y desde entonces permanece el boceto de lo que debía ser el paso, obra de Fausto Culebras, y algunos apóstoles pasados ya a la madera.

       Pero no fue hasta ese día, 28 de marzo de 1985, que los anhelos de todos los nazarenos conquenses se hicieron por fin realidad, con una Plaza Mayor llena hasta rebosar, porque muchos quisieron comprobar con sus propios ojos esa realidad tan esperada, estar presentes y colaborar para que el paso fuera instalado por primera vez en la que habría de ser desde entonces su nueva casa: naves de la Catedral de Cuenca.